Muy buen lugar para compartir, la comida es muy rica hay variedad en cosas dulces y saladas y tiene combinaciones muy creativas.
Los espacios están divididos como por continentes al igual que el menú y eso le da un toque especial a todo el ambiente. La atención igual es muy buena, recomendado!
Un lugar bastante tranquilo para tomarse un cappuccino; tiene varias y comodas secciones con una decoracion unica; hay bastante gente extranjera, solo el brownie no me gusto del todo.
El lugar es muy lindo, un poco difícil de llegar ya que es subiendo la sagarnaga de la Iglesia San Francisco a dos cuadras y media. La ambientación del lugar bonita, es de dos pisos, sin embargo hay un inconveniente con el sonido, en el tercer piso la sala del fondo réplica un eco muy fuerte de las voces de los clientes, lo cual provoca un poco de incomodidad, pedí desayunos que fueron servidos en tiempos buenos, estaban ricos, algo que recomiendo probar es el White Chocolate Milk, es increíble y relajante, las tostadas francesas también.
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